El convento de San Diego fue el espacio de recogimiento de la orden franciscana; de ahí su ubicación alejada del Núcleo del Centro Histórico de Quito. Su construcción inició en 1602 y el 1650 ya se utilizaba como casa de retiro. Este es el escenario de la Leyenda del “Padre Almeida”, pícaro monje que usaba un crucifijo, (de tamaño natural) como la escalera que lo conectaba con la vida nocturna y bohemia.
Al interior del convento se puede apreciar el artesonado de estilo mudéjar- motivos árabes de ornamentación- sobre el presbiterio. Otro atractivo importante es el púlpito principal, una obra emblemática del baroco del Siglo XVIII. La colección de arte tiene obras de Andrés Sánchez, la Misa Gregoriana, atribuida a Miguel de Santiago; nuestra señora de Chichinquirá de artista colombiano y otras piezas destacadas de la escuela quiteña. En la pinacoteca de la iglesia se pueden apreciar lienzos alegóricos a San Francisco de Asís, con firma de Andrés Sánchez. Pero entre los que destacan están la "Misa Gregoriana", atribuida a Miguel de Santiago; "Nuestra Señora de Chiquinquirá", de factura colombiana; el cuadro de Cristo agonizante, de autor anónimo, que se dice inspiró la "Piedad" de Caspicara; y la imagen de la Pasión del Señor, cuya autoría se confiere a Francisco Albán. Una visita a este museo es un encuentro con al arte quiteño, más allá de los nombres consagrados.
DATOS DE INTERES
Ubicación: Se encuentra en las calles Calicuchima No.117 y Farfán.
Horarios de atención: Lunes - sábado, de 09h00 a 13h30, 14h30 a 17h00
Costo de entrada: $ 2 Extranjeros/ Adultos
$ 1 Estudiantes, $ 0.50 Niños / 3ra Edad.
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